Desde la emisión del Semaforo en el 95, proliferan programas donde gente ‘vulgar vulgaris’ es decir como usted o como yo desata pasiones a partir de unas habilidades más o menos contrastadas por el público. Chicho se quedaba en eso, los enseñaba como un coleccionista de cosas curiosas; más adelante operación triunfo y secuelas aunaron reality/academia/transformers/programa de corazón y muchas cosas más. Veías a uno como tú entrar, y salía una portada de interview, algo así como el sueño americano. Esa identificación asombrosa conseguía una audiencia igualmente inaudita, y como todos sabemos lo que marca la pauta no es la calidad del producto es el precio por minuto de sus anuncios.
Hoy en día, Cañita brava no hubiera pasado las pruebas de selección, ya no cuela, aquella hornada de frikis devalora el precio del segundo televisivo, han tenido que asumirlo y muchos de ellos han quedado recluidos en cruceros o discotecas de Benidorm. Sólo una rara excepción queda ya en la parrilla televisiva, cuya gran diferencia respecto a los primeros es que éstos creían que sabían hacer algo: cantar, tocar un instrumento formado por dos cucharas, contar chistes,… esta individua va pregonando su analfabetismo y nuestra única referencia es que una vez se acostó con un torero, prueba irrefutable de su valía. Ya sabemos que en este país liarse con un torero esta a la altura de un idilio con un Nobel; el recién llegado ministro de cultura nos ha recordado la importancia de la tauromaquia en su cartera.
El semáforo es la clase política española actual, señores y señoras ya no cuela, el modelo es obsoleto, nos hemos cansado de alimentar la sopa boba, sus cargos de confianza y sus mandos intermedios. Sr. Rubalcaba flamante ganador hace unas horas, le felicito, no por cortesía ni mucho menos. Han interpretado a la perfección la valía del segundo propagandístico, han aprendido la lección de su oponente. El Sr. Rajoy se paso la campaña hablando de la crisis pero nunca dijo cómo lo resolvería (a excepción de que no iba subir los impuestos y que su llegada al gobierno no haría temblar el sistema social, ahí queda). Durante estas semanas hemos seguido por los medios de comunicación sus idas y venidas por la geografía española tirando palabras al aire, adulando a los delegados territoriales pero sin nombrar en ningún momento cuáles eran las recetas a aplicar. He de reconocer que usted lo ha hecho mejor que su opositora acercándose al populacho y diciendo: conmigo se va enterar la santa madre iglesia (no pienso usar mayúsculas) y los bancos.
Pero le reitero, el modelo político actual esta caduco, sean hábiles, no nos hagan repetir Islandia, Egipto, no nos obliguen. El pueblo no merece eso, ya basta de morder la mano que les da mucho más que ‘de comer’. Los kms de combustible de estas primarias, las dietas, los regalitos a las delegaciones,…¿vendrán después sus asesores a decirnos que hay que utilizar el transporte público y reducir las camas en hospitales porque el déficit no da para más?. Se llama vergüenza y tanto a los políticos y politicas como a la Esteban les falta, pero esta última por lo menos es analfabeta.